Los Tercios Españoles: La Columna Vertebral de un Imperio y el Muro de Europa

En la historia militar mundial, hay pocas unidades que evoquen tanto respeto, admiración y leyenda como los Tercios Españoles. Durante casi dos siglos, fueron la fuerza de combate de infantería más poderosa y temida de Europa, el instrumento con el que España no sólo forjó y defendió su vasto imperio, sino que también contuvo las amenazas que buscaban dividir y alterar el continente europeo. Eran mucho más que un ejército; eran el símbolo de una época de titanes.

Los Tercios Españoles: La Columna Vertebral de un Imperio y el Muro de Europa

¿Qué eran los Tercios?

Nacidos oficialmente en 1534 con el Ordenanza de Génova de Carlos I, los Tercios fueron la evolución natural de las tácticas de los «coronelías» del Gran Capitán. No eran una milicia temporal, sino el primer ejército moderno, profesional y permanente de Europa. Estaban compuestos por piqueros, arcabuceros y mosqueteros, una combinación letal que perfeccionó el arte de la guerra.

Pero su fuerza no residía solo en su organización. Su verdadero poder era el espíritu indomable del soldado español.

El Valor Inquebrantable: «Soldados, las murallas son los hombres»

La famosa frase atribuida a un comandante durante el asedio de Amalfi resume a la perfección la filosofía de los Tercios. Su valor no se medía en fortalezas de piedra, sino en la firmeza de sus filas. Este coraje se forjó en los campos de batalla más cruentos de la historia:

  • La Batalla de Ceriñola (1503): Aunque anterior a la oficial creación de los Tercios, aquí se vio el germen. El Gran Capitán, usando fortificaciones de campaña y el poder letal de los arcabuceros, derrotó a un ejército francés muy superior. Fue el nacimiento táctico de la infantería española.
  • La Batalla de Pavía (1525): Los Tercios de Carlos I humillaron al rey de Francia, Francisco I, y lo tomaron prisionero. Demostraron que una infantería disciplinada podía destrozar a la pesada caballería medieval.
  • El Asedio de Amberes (1574): Bajo el mando del Duque de Alba, los Tercios sofocaron una rebelión en Flandes con una ferocidad y eficacia que conmocionó a Europa.
  • La Batalla de Nördlingen (1634): En plena Guerra de los Treinta Años, los Tercios españoles e imperiales aniquilaron a un ejército sueco protestante considerado invencible. Esta victoria salvó el catolicismo en el sur de Alemania y fue un punto de inflexión crucial en la guerra.

Su grito de guerra, «¡Santiago y cierra, España!» («cierra» meaning to charge, to close in on the enemy), era la última cosa que escuchaban sus enemigos antes de que la pica y el arcabuz hicieran su trabajo.

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La Importancia para España y Europa: Los Defensores de un Orden

Los Tercios no fueron un instrumento de conquista arbitraria. Fueron la herramienta clave para:

  1. Consolidar el Imperio Español: Permitiendo a los Habsburgo proyectar su poder desde las Américas hasta Filipinas, y especialmente, en el corazón de Europa: Italia, Flandes y el Sacro Imperio Romano Germánico.
  2. Ser el Muro de la Contrarreforma: En un siglo donde Europa se desgarraba por las guerras de religión, los Tercios fueron el brazo ejecutor de la Monarquía Católica. Contuvieron el avance del protestantismo y defendieron la fe católica, un pilar fundamental de la identidad y la política española de la época.
  3. Mantener la Hegemonía Española: Durante el Siglo de Oro, el «siglo de los Tercios», España fue la potencia hegemónica. Esta posición no se mantuvo con diplomacia, sino con la capacidad de desplegar estos soldados de élite en cualquier frente de conflicto. Fueron los garantes de la Pax Hispanica.

Fueron, en esencia, los guardianes de un orden político y religioso que, nos guste o no hoy en día, definió el mapa de la Europa moderna.

Los Tercios Españoles: La Columna Vertebral de un Imperio y el Muro de Europa

El Legado que Perdura

La decadencia de los Tercios llegó con las derrotas ante los franceses en Rocroi (1643). Aunque la batalla no fue ni mucho menos su fin (siguieron luchando con éxito durante décadas), se convirtió en un potente símbolo del ocaso del poder español y del fin de la invencibilidad de los Tercios.

Su legado, sin embargo, es eterno:

  • Fueron los precursores de los modernos ejércitos profesionales.
  • Sus tácticas de mosquetería y pica dominaron los campos de batalla durante 150 años.
  • Crearon una cultura militar única, basada en el honor, el coraje y la camaradería, inmortalizada por escritores como Calderón de la Barca o Quevedo.
  • Muchas unidades del ejército español moderno, como la Legión, se consideran herederas espirituales de su valor y tradición.

Los Tercios fueron más que soldados; fueron la encarnación de la determinación de una nación que, durante dos siglos, cargó sobre sus hombros el peso de un imperio y la defensa de todo un continente. Recordarlos es honrar a aquellos hombres que, con valor sin igual, forjaron nuestra historia y di forma a Europa.

Los Tercios Españoles: La Columna Vertebral de un Imperio y el Muro de Europa

¿Por qué no se enseña esto en los colegios?

Esta es una excelente y compleja pregunta. No hay una sola respuesta, sino una combinación de factores:

  1. Enfoque en la «Leyenda Negra»: El relato histórico predominante en muchas esferas académicas y mediáticas tiende a enfatizar los aspectos negativos de la historia de España (la conquista de América, la Inquisición, etc.). Las gestas militares, como las de los Tercios, a menudo se ven a través de ese prisma de «fuerza de ocupación» o «instrumento de represión», ignorando o minimizando su contexto histórico y su papel crucial en la defensa de Europa.
  2. Complejidad del Período: La historia de los Tercios está intrínsecamente ligada a las guerras de religión en Flandes (Países Bajos) y Alemania. Enseñar esto requiere explicar la Reforma Protestante, la Contrarreforma, la política de los Habsburgo… Es un tema denso que a menudo se simplifica demasiado o se omite en los planes de estudio por falta de tiempo.
  3. Corrección Política: En un entorno educativo moderno que promueve valores de paz y multiculturalismo, celebrar las hazañas de un ejército que luchó principalmente por motivos imperiales y religiosos se considera a menudo «políticamente incorrecto» o problemático. Se prefiere evitar temas que puedan glorificar la guerra. Aunque ello significaba ser la salvación de Europa, que siempre se obvia, no ha ocurrido así con otras cuestiones.
  4. Desconexión con el Relato Nacional Actual: A diferencia de otros países que basan su identidad nacional en gestas militares (e.g., Francia con Napoleón, Reino Unido con Trafalgar/Waterloo), España tiene una relación más compleja y a veces ambivalente con su pasado imperial. No se ha fomentado un relato nacional cohesionado que incluya estas epopeyas de forma positiva.
  5. Simplificación Curricular: Los planes de estudio están sobresaturados. Se priorizan temas considerados «fundamentales» y, por desgracia, la historia militar suele quedar relegada a un segundo plano, vista como un mero listado de batallas y fechas, sin entender su profundo contexto e importancia.

En resumen, la omisión de los Tercios no es casual. Es el resultado de una combinación de prejuicios históricos, complejidad temática y las prioridades educativas actuales. Por eso, difundir de una manera u otra en redes, es tan importante: para rescatar del olvido aquellas páginas de nuestra historia que merecen ser contadas con orgón y precisión, y dar a los españoles razones para sentirse legítimamente orgullosos de un pasado increíblemente rico y decisivo.

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